lunes, 8 de septiembre de 2008

Puro hielo

Cierro los ojos, los mantengo cerrados en mi cama vacía mientras siento tu aliento cálido en mi nunca, puedo sentirlo y entonces, me duermo.
Me despierto de madrugada, un ambiente gélido me envuelve, lo cubre todo y no logro comprender qué es lo que ocurre. Siento las sábanas heladas pegadas a mi piel, están rígidas y queman cada uno de mis poros. Abro la boca y mi aliento es blanco, humo que sale de mis entrañas. Pequeñas gotas de sudor han quedado impresas en mi cuerpo. Inmóviles, convertidas en escarcha. Pequeñas perlas que adornan mi cuello y mi pecho y mis muslos antes ardientes.
Poco a poco empiezo a comprender, si no me sueñas, si no me buscas, si no me deseas y gritas mi nombre… Si no estoy en tu cabeza, si no formo parte de tu vida, me congelo. Tan sólo un pequeño golpe y caeré al suelo hecha añicos.
Por favor, no dejes de mirarme

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