
Su piel como de seda inunda, a cada paso, el aire con su dulce perfume.
De sus poros emanan gotas llenas de vida, de donde nacen flores bellísimas y suave polen que se lleva el viento.
Todos quieren tocarla, sentirla, besarla; todos quieren pero ninguno puede.
Todos quieren tocarla, sentirla, besarla; todos quieren pero ninguno puede.
Sólo él la puede alcanzar.
Hasta entonces, seguirá bañándose en sus propias lágrimas
*Ilustración de Rébecca Dautremer
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