
Y se fue. Me dejó en una espera que nunca termina. Con la brisa que arrastra su aroma, su voz y esos ojos negros que se clavaban, que atravesaban y me adivinaban a cada momento.
¿Me traerán las hojas que el viento empuja alguna de sus palabras?
¿Y si en alguna de ellas hay algún te quiero tatuado?
Seguiré esperando.
*Ilustración de Rébecca Dautremer
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