lunes, 8 de septiembre de 2008

La última calada

Antes de acostarse enciende el último cigarrillo, juega a dibujar sus sueños con el humo que desprende y busca su destino intentando unir las estrellas con lineas invisibles. Con los codos en la barandilla, los ruidos le parecen lejanas melodias que intentan decirle algo, pero no logra descifrar el mensaje. Un círculo blanco sale de su boca, sus labios lo dibujan y envuelven una luna antes decreciente y ahora más llena que nunca. Tal vez esa sea la señal, tal vez la respuesta esté escondida en alguna de esas manchas oscuras, en esos agujeros como de gruyère sin sabor a queso. Mañana, con el último cigarrillo, planeará su huida con cohete a propulsión.

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